El viaje del héroe mítico en la novela de ciencia ficción

Desde hacía tiempo quería leer la novela de Arthur C. Clarke “2001 Una odisea espacial”. En la universidad tuve la ocasión de leer “Cita con Rama” que supone para mi gusto la mejor novela de ciencia ficción que he leído. No soy crítico literario ni quiero hacer un desglose de la obra pero me gustaría compartir un breve análisis.
Todo el mundo ha oído hablar de “2001” sobre todo por la película de Stanley Kubrick en la que el mismo Arthur C. Clarke participó como guionista. De hecho el libro fue publicado posteriormente al estreno. 
Más allá de la teoría alegórica de la concepción (la nave espacial, alargada y con forma de bulbo, es un espermatozoide, y su destino, el planeta Saturno es el óvulo.) o la teoría del simio-superhombre que podemos leer en “Así habló Zaratustra” de Nietzsche, me gustaría destacar el paralelismo del viaje del héroe mítico.
El viaje mitológico del héroe es el viaje a su destino. El viaje que le enfrenta en primer lugar a la naturaleza, en segundo lugar al propio hombre y en última instancia a Dios.
En 2001 Odisea en el espacio el hombre contra la naturaleza viene representado por el viaje espacial. La dificultad de alcanzar Saturno (en este caso una de sus lunas; Jápeto) en lo que es “un viaje sin retorno aparente”
En segundo término el hombre se enfrenta al hombre en el viaje mítico pero en este caso es sustituido por la máquina creada con los parámetros del hombre. Aquí radica la paradoja que más me inquieta y es que siempre había pensado que HAL 9000 era una Inteligencia artificial pero al leer el libro he comprendido que no lo es. Como cualquier máquina obedece las reglas impuestas por el hombre y es al tener dos reglas contradictorias donde se produce el problema. La paradoja existe en que la máquina creada para la protección del hombre “comprende” que para el éxito de la misión el hombre es un problema. Sencillamente… ¡Brutal!
En tercer lugar, el hombre contra Dios representado por el inmenso bloque monolítico negro que hay en Jápeto. El objetivo de Bowman y de la misión es el de conocer a Dios .Y Quién es Dios sino aquel que nos ha diferenciado del resto de bestias, aquel que nos ha otorgado la capacidad de evolucionar. 
Finalmente Bowman toca el monolito de la habitación y vuelve a renacer como el hijo de las estrellas. Una evolución provocada por los Dioses en este caso representado por los extraterrestres ¿o es acaso el propio Dios?. Si, existe una visión teísta durante toda la obra.
El viaje mítico se ve en muchos otros libros de ciencia ficción como es “Contact” de Carl Sagan, prácticamente con los mismos estadíos y en otras películas como Interstellar (Que absorbe mucho de 2001: odisea en el espacio).
Finalmente dejaré la cita de Asimov que siempre rememoro en estos casos.
“La ciencia ficción es una metáfora existencial. Nos permite contar historias sobre la condición humana. Las historias de ciencia ficción pueden parecer vanales para los críticos y filósofos de hoy, pero el núcleo de la ciencia ficción, su esencia, puede ser crucial para nuestra salvación, si es que vamos a salvarnos.”

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